El ruido de las gotas de agua fue mi despertador en la mañana de hoy. Ni mi esposa ni yo teníamos deseos de levantarnos. Un amanecer lluvioso, lo disfruto mucho, aunque que me empape durante el trayecto hacia el trabajo.
viernes, 16 de mayo de 2014
Amanece lloviendo en La Habana (+ Fotos)
Fotos: Tony Hernández Mena
El ruido de las gotas de agua fue mi despertador en la mañana de hoy. Ni mi esposa ni yo teníamos deseos de levantarnos. Un amanecer lluvioso, lo disfruto mucho, aunque que me empape durante el trayecto hacia el trabajo.
El ruido de las gotas de agua fue mi despertador en la mañana de hoy. Ni mi esposa ni yo teníamos deseos de levantarnos. Un amanecer lluvioso, lo disfruto mucho, aunque que me empape durante el trayecto hacia el trabajo.
jueves, 15 de mayo de 2014
Pescar, sudar y pensar en el Malecón habanero (+Fotos)
- El insoportable calor del verano no impide que el Malecón habanero se llene, cada día y noche, de amantes y profesionales de la pesca…
- María del Carmen Ramón
- Fotos Tony Hernández Mena
Algunos salen a bordo de pequeñas embarcaciones, otros prefieren sentarse en el muro del Malecón, desde donde lanzan su caña de pescar y quedan entonces sumidos en la paciente impaciencia hasta que un pez decide—si es que lo hace—atrapar una carnada que marcará el final de su vida.
Pescar en el Malecón también tiene su ciencia. Los pescadores saben cuáles son los mejores sitios para colocarse, así como los horarios donde más pican los peces. No resulta extraño ver cómo ellos se sitúan, en ocasiones, uno al lado del otro. Esa cercanía parece no molestarles, pues desde ese espacio común comparten alegrías, tristezas, calores, sueños e historias.
Cuando termine la jornada, probablemente no todos regresen con el mismo semblante a sus hogares; pero, quizás esos mismos que tuvieron un “mal día” sean los primeros al regresar al Malecón, pocas horas después. Si algo no les falta es la perseverancia.
Uno de los pasatiempos preferidos de muchos habaneros es pescar en el Malecón.
El Malecón de La Habana sitio preferido para los pescadores habaneros.
En primer plano parte de la captura de dos pescadores en el Malecón de La Habana.
En primer plano carretes de pesca a la espera de la picada de un pez, en el Malecón de La Habana.
Regreso de los pescadores al Malecón de La Habana, después de realizar su pesca alejada de la bahía.
Un pescador limpia una Cubera, pescado en el Malecón de La Habana.
martes, 13 de mayo de 2014
Paseo del Prado de La Habana (+ Fotos)
El Paseo del Prado, acompañante inseparable de la capital
cubana. En 1772 el Arquitecto paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier
diseñó el Paseo del Prado en La Habana para convertirse en uno de las avenidas
más importantes de La Habana y quizás en América Latina. Fue sembrado con
árboles y se colocaron bancos de mármol. En su trayecto norte-sur se localiza
en la concurrida zona de La Habana Vieja y a solo una cuadra de la Calle
Industria, que marca el límite con Centro Habana, se extiende desde la Fuente
de la India y la Plaza de la Fraternidad hasta Malecón. Fue construido en 1772
bajo el gobierno colonial del Marqués de la Torre, Capitán General de la isla,
que en aquellos momentos era una de las colonias españolas más florecientes de
América. Su primer nombre fue el de Alameda de Extramuros o de Isabel II, por
hallarse afuera de las grandes murallas que cercaban la ciudad. En la avenida
del Prado hay ocho estatuas con figuras de leones, hechas de bronce que parecen
custodiar el paseo.
Fuente
de la India(I), desde donde comienza el Paseo del Prado de La
Habana(oficialmente se llama Paseo de Martí), al fondo el Capitolio de
La Habana, en La Habana, Cuba
Capitolio de La Habana, ubicado en el Paseo del Prado de La Habana (oficialmente se llama Paseo de Martí), en La Habana, Cuba
Paseo del Prado de La Habana (oficialmente se llama Paseo de Martí), en La Habana, Cuba
Farolas en el Paseo del Prado de La Habana (oficialmente se llama Paseo de Martí), en La Habana, Cuba
lunes, 12 de mayo de 2014
Un paseo por el Malecón de La Habana
Fotos: Tony Hernández Mena
El Malecón, donde las olas rompen a lo largo del espigón casi centenario, es una de las principales arterias de la ciudad de La Habana y sitio de obligada referencia para todo el que apuesta por la isla como destino para el descanso y la recreación. El atractivo vial se extiende desde la entrada de la Bahía de La Habana -al este-, por espacio de unos cinco kilómetros hacia el poniente, con un caprichoso diseño en paralelo a la irregular línea costera, bañada por las cálidas aguas que rodean a la isla.
El Malecón, donde las olas rompen a lo largo del espigón casi centenario, es una de las principales arterias de la ciudad de La Habana y sitio de obligada referencia para todo el que apuesta por la isla como destino para el descanso y la recreación. El atractivo vial se extiende desde la entrada de la Bahía de La Habana -al este-, por espacio de unos cinco kilómetros hacia el poniente, con un caprichoso diseño en paralelo a la irregular línea costera, bañada por las cálidas aguas que rodean a la isla.
domingo, 11 de mayo de 2014
Plaza de San Francisco de Asís
Palomas tomando agua en una fuente,
en la Plaza de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja, Cuba. FOTO/Tony HERNÁNDEZ MENA
En primer plano la Fuente de Los Leones y al fondo el Convento de San Francisco de Asís, ubicados en la Plaza de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja, Cuba. FOTO/Tony HERNÁNDEZ MENA
Un niño alimenta a palomas que se encuentran en la Plaza de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja, Cuba. FOTO/Tony HERNÁNDEZ MENA
Trabajadoras por cuenta propias nombradas Las Habaneras, en la Plaza de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja, Cuba. FOTO/Tony HERNÁNDEZ MENA
Torre del Convento de San Francisco de Asís, ubicado en la Plaza de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja, Cuba. FOTO/Tony HERNÁNDEZ MENA
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