Cuba

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Si desecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día... ¡nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavia!...

jueves, 29 de enero de 2015

Raúl Castro en III Cumbre de CELAC: La solidaridad en Nuestra América será decisiva

Por: Raúl Castro Ruz 

Raúl Castro en la III Cumbre de CELAC, en Costa Rica. Foto: EFE
Raúl Castro en la III Cumbre de CELAC, en Costa Rica. Foto: EFE

Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la III Cumbre de la CELAC, Costa Rica, el 28 de enero de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

Estimado Presidente Luis Guillermo Solís;

Estimadas Jefas y Jefes de Estado o de Gobierno de América Latina y el Caribe;
Estimados Jefes de Delegaciones e invitados que nos acompañan:

Nuestra América se ha adentrado en una época nueva y ha avanzado, desde la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en sus objetivos de independencia, soberanía sobre sus recursos naturales, integración, construcción de un nuevo orden mundial, justicia social y democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Existe hoy un compromiso con la justicia y el derecho de los pueblos superior al de cualquier otro período histórico.

Juntos, somos la tercera economía a nivel mundial, la zona con la segunda mayor reserva petrolera, la mayor biodiversidad del planeta y con una alta concentración de los recursos mineros globales.
Desarrollar la unidad en la diversidad, la actuación cohesionada y el respeto a las diferencias seguirá siendo nuestro primer propósito y una necesidad ineludible, porque los problemas del mundo se agravan y persisten grandes peligros y recios desafíos que trascienden las posibilidades nacionales e incluso subregionales.

En el último decenio, las políticas económicas y sociales y el crecimiento sostenido, nos permitieron enfrentar la crisis económica global y posibilitaron una disminución de la pobreza, el desempleo y la desigual distribución de ingresos.

Las profundas transformaciones políticas y sociales llevadas a cabo en varios países de la región han traído la dignidad a millones de familias que han salido de la pobreza.

Pero la región de América Latina y el Caribe es aún la más desigual del planeta. En promedio, el 20% de los hogares con menores ingresos capta el 5% de los ingresos totales; 167 millones de personas sufren todavía de la pobreza, uno de cada cinco menores de 15 años vive en la indigencia y la cifra de analfabetos supera los 35 millones.

La mitad de nuestros jóvenes no tienen educación secundaria o noveno grado de enseñanza, pero en el sector de menos ingresos no la completa el 78%. Dos tercios de la nueva generación no llegan a la universidad.

Crecen las víctimas del crimen organizado y de la violencia que amenazan la estabilidad y el progreso de las naciones.

¿Qué pensarán las decenas de millones de marginados acerca de la democracia y los derechos humanos? ¿Cuál será su juicio sobre los modelos políticos? ¿Qué opinarán acerca de las leyes electorales? ¿Es esta la sociedad civil que toman en cuenta los gobiernos y las organizaciones internacionales? ¿Qué dirían si se les consultara sobre las políticas económicas y monetarias?

Poco tienen que mostrar a nuestra región, en estos aspectos, muchos de los Estados industrializados donde la mitad de sus jóvenes están en el desempleo, se descarga la crisis sobre los trabajadores y los estudiantes a los que se reprime, mientras se protege a los banqueros, se impide la sindicalización, se paga inferior salario a las mujeres por trabajo igual, se aplican políticas inhumanas contra los inmigrantes, crece el racismo, la xenofobia, el extremismo violento y tendencias neofascistas, y donde los ciudadanos no votan porque no ven alternativa a la corrupción de la política o saben que las promesas electorales se olvidan muy pronto.

Para alcanzar la llamada inclusión social y la sostenibilidad ambiental, tendremos que crear una visión propia sobre los sistemas económicos, los patrones de producción y consumo, la relación entre el crecimiento económico y el desarrollo y, también, sobre la eficacia de los modelos políticos.
Debemos superar las brechas estructurales, asegurar educación gratuita y de alta calidad, cobertura universal y gratuita de salud, seguridad social para todos, igualdad de oportunidades, lograr el ejercicio pleno de todos los derechos humanos por todas las personas.

Dentro de tales esfuerzos, será elemental deber la solidaridad y la defensa de los intereses del Caribe y, en particular, de Haití.

Se precisa un nuevo orden económico, financiero y monetario internacional, donde tengan cabida y prioridad los intereses y necesidades de los países del Sur y de las mayorías, donde no prevalezcan los que impone la concentración del capital y el neoliberalismo.

La Agenda de Desarrollo después del 2015 debe ofrecer soluciones a los problemas estructurales de las economías de la región y generar los cambios que conduzcan al desarrollo sostenible.

Es también imprescindible construir un mundo de paz, sin el cual es imposible el desarrollo, regido por los Principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional.

La firma por los Jefes de Estado y Gobierno de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, significó un paso histórico y ofrece una referencia para las relaciones entre nuestros Estados y con el resto del mundo.

La solidaridad en Nuestra América será decisiva para hacer avanzar los intereses comunes.
Expresamos enérgica condena a las inaceptables e injustificadas sanciones unilaterales impuestas a la República Bolivariana de Venezuela y a la continuada intervención externa dirigida a crear un clima de inestabilidad en esa hermana nación. Cuba, que conoce todas esas historias profundamente por haberlas padecido durante más de 50 años, reitera su más firme respaldo a la Revolución Bolivariana y al Gobierno legítimo conducido por el presidente Nicolás Maduro Moros.

Nos unimos a la República Argentina en su reclamo de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Apoyamos a la nación suramericana y a su Presidenta Cristina Fernández, que enfrenta los ataques de los fondos especulativos y las decisiones de cortes venales, violatorias de la soberanía de ese país.

Reafirmamos la solidaridad con el pueblo y gobierno de Ecuador, que preside Rafael Correa, en apoyo a sus demandas de reparación por los daños ambientales provocados por la trasnacional Chevron en la amazonia ecuatoriana.

Como hemos dicho en otras ocasiones, la Comunidad estará incompleta mientras falte Puerto Rico. Su situación colonial es inadmisible, y su carácter latinoamericano y caribeño no admite lugar a dudas.

En el proceso de paz de Colombia, son significativos los acuerdos alcanzados por el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo en la Mesa de Conversaciones que se desarrolla en La Habana. Nunca antes se había avanzado tanto en la dirección de alcanzar la paz. Cuba, en su condición de garante y sede de estas conversaciones, proseguirá brindando las facilidades necesarias y contribuyendo en todo lo posible al fin del conflicto y la construcción de una paz justa y duradera en la hermana Colombia.

Daremos resuelto apoyo, como hasta ahora, al justo reclamo de los países del Caribe de reparación por los daños de la esclavitud y el colonialismo, así como nos opondremos resueltamente a la decisión de privarlos de recursos financieros imprescindibles con pretextos tecnocráticos al pretender considerarlos de renta media.

Saludamos los excelentes progresos alcanzados en el Foro CELAC-China y en los vínculos de la región con el grupo BRICS.

Reiteramos la preocupación por los enormes y crecientes gastos militares impuestos al mundo por Estados Unidos y la OTAN, así como el intento de extender la agresiva presencia de esta hasta las fronteras de Rusia, con la cual tenemos históricas y fraternales relaciones, mutuamente provechosas. Declaramos enérgica oposición a la imposición de sanciones unilaterales e injustas contra esa nación.

La creciente agresividad de la doctrina militar de la OTAN y el desarrollo de guerras no convencionales, que ya han tenido devastadoras consecuencias y graves secuelas, amenazan la paz y la seguridad internacionales.

Para Cuba, el principio de igualdad soberana de los Estados y de autodeterminación de los pueblos es irrenunciable.

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas debe usar sus facultades para preservar la paz y la seguridad internacionales ante los dobles raseros, excesos y omisiones del Consejo de Seguridad.

No debe esperar más para asegurar su plena membresía a Palestina, a la que expresamos la solidaridad del pueblo y gobierno cubanos. Debe cesar el veto en el Consejo de Seguridad para garantizar impunidad a los crímenes de Israel.

África, donde están también nuestras raíces, no necesita consejos ni intromisión, sino transferencia de recursos financieros, tecnología y trato justo. Siempre defenderemos los intereses legítimos de las naciones con las que luchamos hombro con hombro contra el colonialismo y el apartheid y con las que sostenemos fraternales relaciones y cooperación. Siempre recordaremos su invariable solidaridad y apoyo.

La voz de Cuba defenderá sin descanso las causas justas y los intereses de los países del Sur y será leal a sus objetivos y posiciones comunes sabiendo que Patria es Humanidad. La política exterior de la Revolución cubana seguirá siendo fiel a sus principios.

Estimadas y estimados colegas:

El pasado 17 de diciembre, regresaron a su Patria los luchadores antiterroristas cubanos Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, que junto a Fernando González y René González son para nosotros motivo de orgullo y ejemplo de firmeza.

El Presidente de Estados Unidos reconoció el fracaso de la política contra Cuba aplicada por más de cincuenta años y el completo aislamiento que ha provocado a su país; el daño que el bloqueo ocasiona a nuestro pueblo y ordenó la revisión de la obviamente injustificable inclusión de la isla en la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo Internacional.

También ese día, anunció la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con nuestro Gobierno.

Estos cambios son el resultado de casi siglo y medio de heroica lucha y fidelidad a los principios del pueblo cubano. Fueron también posibles gracias a la nueva época que vive nuestra región, y al sólido y valiente reclamo de los gobiernos y pueblos de la CELAC.

Han sido una reivindicación para Nuestra América que actuó en estrecha unidad por este objetivo en la Organización de las Naciones Unidas y en todos los ámbitos.

Precedidos por la Cumbre del ALBA en Cumaná, Venezuela, los debates sostenidos en el 2009 en la Cumbre de las Américas en Puerto España, Trinidad y Tobago, llevaron al Presidente Obama, recién electo, a plantear un nuevo comienzo con Cuba.

En Cartagena, Colombia, en el 2012, se produjo una fuerte discusión con un planteamiento unánime y categórico contra el bloqueo, ocasión en que incitó a un importante dirigente norteamericano a referirse a la misma como el gran fracaso de Cartagena o desastre —fue el término exacto— y se debatió sobre la exclusión de Cuba de estos eventos. Ecuador, en protesta, había decidido ausentarse. Venezuela, Nicaragua y Bolivia plantearon que no asistirían a otra Cumbre sin Cuba y recibieron el apoyo de Brasil, Argentina y Uruguay. La Comunidad del Caribe asumió igual postura. México y las restantes naciones se pronunciaron asimismo.

El presidente panameño, Juan Carlos Varela, antes de su toma de posesión, hizo saber con determinación que invitaría a Cuba, con plenos derechos e igualdad de condiciones, a la VII Cumbre de las Américas y así lo hizo. Cuba inmediatamente declaró que asistiría.

Se demuestra la certeza de Martí cuando escribió que “un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército” (Aplausos).

A todos los presentes les expreso la más profunda gratitud de Cuba.

A los 188 Estados que votan contra el bloqueo en las Naciones Unidas, a los que hicieron similar reclamo en la Asamblea General, Cumbres y Conferencias internacionales y a todos los movimientos populares, fuerzas políticas, parlamentos y personalidades que se movilizaron incansablemente con ese objetivo, les agradezco sinceramente a nombre de la Nación.

Al pueblo de Estados Unidos que manifestó creciente oposición a la política de bloqueo y hostilidad, de más de cinco décadas, también le reitero nuestro agradecimiento y amistosos sentimientos.
Estos resultados demuestran que gobiernos que tienen profundas diferencias pueden encontrar solución a los problemas mediante un diálogo respetuoso e intercambios, basados en la igualdad soberana y la reciprocidad, en beneficio de sus respectivas naciones.

Como he afirmado reiteradamente, Cuba y Estados Unidos debemos aprender el arte de la convivencia civilizada, basada en el respeto a las diferencias entre ambos gobiernos y en la cooperación en temas de interés común, que contribuya a la solución de los desafíos que enfrentan el hemisferio y el mundo.

Pero no se debe pretender que, para ello, Cuba tenga que renunciar a sus ideales de independencia y justicia social, ni claudicar en uno solo de nuestros principios, ni ceder un milímetro en la defensa de la soberanía nacional.

No nos dejaremos provocar, pero tampoco aceptaremos ninguna pretensión de aconsejar ni presionar en materia de nuestros asuntos internos. Nos hemos ganado este derecho soberano con grandes sacrificios y al precio de los mayores riesgos.

¿Acaso podrían restablecerse las relaciones diplomáticas sin reanudar los servicios financieros a la Sección de Intereses de Cuba y su Oficina Consular en Washington, cortados como consecuencia del bloqueo financiero? ¿Cómo explicar el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin que se retire a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo Internacional? ¿Cuál será, en lo adelante, la conducta de los diplomáticos estadounidenses en La Habana respecto a la observancia de las normas que establecen las Convenciones Internacionales para las Relaciones Diplomáticas y Consulares? Es lo que nuestra delegación ha dicho al Departamento de Estado en las conversaciones bilaterales de la semana pasada y se requerirán más reuniones para tratar estos temas.
Hemos compartido con el Presidente de Estados Unidos la disposición de avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales, una vez que sean restablecidas las relaciones diplomáticas, lo que implica adoptar medidas mutuas para mejorar el clima entre ambos países, resolver otros problemas pendientes y avanzar en la cooperación.

La situación actual abre, modestamente, una oportunidad al hemisferio de encontrar nuevas y superiores formas de cooperación que convienen a las dos Américas. Ello permitiría resolver acuciantes problemas y abrir nuevos caminos.

El texto de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz constituye la plataforma indispensable para ello, incluido el reconocimiento de que todo Estado tiene el derecho inalienable a elegir su sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia en ninguna forma por parte de otro Estado, lo que constituye un principio irrenunciable de Derecho Internacional.

El problema principal no ha sido resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca enormes daños humanos y económicos y es una violación del Derecho Internacional, debe cesar.

Recuerdo el memorándum del subsecretario Mallory, de abril de 1960, que, a falta de una oposición política efectiva, planteaba el objetivo de crear en Cuba hambre, desesperación y sufrimiento para provocar el derrocamiento del gobierno revolucionario. Ahora, todo parece indicar que el objetivo es fomentar una oposición política artificial por medios económicos, políticos y comunicacionales.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas es el inicio de un proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, pero esta no será posible mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo (Aplausos), no cesen las trasmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que ha sufrido.

No sería ético, justo ni aceptable que se pidiera a Cuba nada a cambio. Si estos problemas no se resuelven, este acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido.
No puede esperarse tampoco que Cuba acepte negociar los aspectos mencionados por nuestros asuntos internos, absolutamente soberanos.

Se pudo avanzar en esta reciente negociación porque nos tratamos recíprocamente con respeto, como iguales. Para seguir avanzando, tendrá que ser así.

Hemos seguido con atención el anuncio del Presidente de Estados Unidos de algunas decisiones ejecutivas para modificar ciertos aspectos de la aplicación del bloqueo.

Las medidas publicadas son muy limitadas. Persisten la prohibición de créditos, del uso del dólar en nuestras transacciones financieras internacionales; se impiden los viajes individuales de norteamericanos bajo la licencia para los llamados intercambios “pueblo a pueblo”, se condicionan estos a fines subversivos y se impide también que viajen por vía marítima. Continúa prohibida la adquisición en otros mercados de equipos y tecnologías que tengan más de un 10% de componentes norteamericanos y las importaciones por Estados Unidos de mercancías que contengan materias primas cubanas, entre muchísimas otras.

El presidente Barack Obama podría utilizar con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo, lo que está en sus manos hacer, aun sin la decisión del Congreso.

Pudiera permitir en otros sectores de la economía todo lo que ha autorizado en el ámbito de las telecomunicaciones con evidentes objetivos de influencia política en Cuba.

Ha sido significativa su decisión de sostener un debate con el Congreso con el objetivo de la eliminación del bloqueo.

Los voceros del gobierno norteamericano han sido claros en precisar que cambian ahora los métodos, pero no los objetivos de la política, e insisten en actos de injerencia en nuestros asuntos internos que no vamos a aceptar. Las contrapartes estadounidenses no deberían proponerse relacionarse con la sociedad cubana como si en Cuba no hubiera un gobierno soberano (Aplausos).

Nadie podría soñar que la nueva política que se anuncia acepte la existencia de una Revolución socialista a 90 millas de la Florida.

Se quiere que en la Cumbre de las Américas de Panamá esté la llamada sociedad civil y eso es lo que Cuba ha compartido siempre. Protestamos por lo que ocurrió en la Conferencia de la Organización Mundial de Comercio en Seattle, en las Cumbres de las Américas de Miami y Quebec, en la Cumbre de Cambio Climático de Copenhague, o cuando se reúne el G-7 o el Fondo Monetario Internacional, donde se le situó detrás de cercas de acero, bajo una brutal represión policial, confinada a decenas de kilómetros de los eventos.

Claro que la sociedad civil cubana asistirá y yo espero que no haya restricciones para las organizaciones no gubernamentales de nuestro país que obviamente no tienen ni les interesa tener ningún estatus en la OEA pero sí cuentan con el reconocimiento de la ONU.

Espero poder ver en Panamá a los movimientos populares y las Organizaciones No Gubernamentales que abogan por el desarme nuclear, ambientalistas, contra el neoliberalismo, los Occupy Wall Street y los Indignados de esta región, los estudiantes universitarios y secundarios, los campesinos, los sindicatos, las comunidades originarias, las organizaciones que se oponen a la contaminación de los esquistos, las defensoras de los derechos de los inmigrantes, las que denuncian la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la brutalidad policial, las prácticas racistas, las que reclaman para las mujeres salario igual por trabajo igual, las que exigen reparación por los daños a las compañías trasnacionales.

Sin embargo, los anuncios realizados el 17 de diciembre han concitado reconocimiento mundial y el presidente Obama ha recibido por ello muy amplio apoyo en su país.

Algunas fuerzas en Estados Unidos tratarán de abortar este proceso que comienza. Son los mismos enemigos de una relación justa de Estados Unidos con América Latina y el Caribe, son los que entorpecen las relaciones bilaterales de muchos países de nuestra región con esa nación. Son los que siempre chantajean y presionan.

Sabemos que el cese del bloqueo será un camino largo y difícil que requerirá del apoyo, la movilización y la acción resuelta de todas las personas de buena voluntad en Estados Unidos y en el mundo; de la aprobación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su próxima sesión, de la resolución que reclama ponerle fin y, muy en particular, de la acción concertada de Nuestra América.

Estimadas Jefas y Jefes de Estado y Gobierno:

Estimados amigos:

Felicitamos a Costa Rica, al Presidente Solís y a su gobierno por la labor desarrollada al frente de la CELAC. Damos la bienvenida y prestaremos pleno apoyo al Ecuador y al Presidente Correa que presidirá la Comunidad en el 2015.

Muchas gracias (Aplausos).

Fidel disfruta de buena salud, dice Frei Betto

Frei Betto.
Frei Betto.

Fidel Castro disfruta de buena salud y se mantiene interesado en diversos temas, afirmó hoy en La Habana el teólogo brasileño Frei Betto, a propósito del encuentro que sostuvo con el líder cubano.
Betto, quien este martes se reunió con Fidel en la capital cubana, aseguró hoy a la Televisión Cubana que conversó de muchos temas con el líder de la Revolución, al que encontró con “muy buena salud”, con su “observación privilegiada” y como siembre “muy optimista”.

“He escrito un articulo para Brasil sobre mi encuentro con Fidel y decía que a Fidel se aplica perfectamente un axioma que yo siempre repito: hay que dejar el pesimismo para días mejores”, dijo Betto en declaraciones divulgadas por el NTV.

Según el teólogo brasileño, quien es autor, entre otros, del libro “Fidel y la religión“, Fidel le preguntó sobre sus actividades en La Habana, mientras apuntaba información de la conversación en un cuaderno.

“Me preguntó de mi encuentro con el papa Francisco, él tiene una profunda admiración por el papa Francisco”, indicó Betto, quien en abril se reunió con el pontífice argentino en el Vaticano.
Asimismo relató que Fidel le preguntó sus opiniones sobre la nueva fase de relaciones que viven Cuba y Estados Unidos:  ”Yo dije que pensaba que es muy bueno, muy positivo, pero todavía uno habla en FM y el otro habla en AM, la sintonía va a llevar tiempo. Pero (dije) que, como él ha escrito en la carta a la FEU, es un paso importante para la paz, un diálogo que tiene que darse”, contó Betto.
Dijo que “Estados Unidos, tiene cambiar no solo sus métodos, sino sus metas: ¿con qué objetivos quiere mantener buenas relaciones con Cuba? El pueblo tiene que prepararse muy bien para el choque entre camión de consumismo con el Lada de la austeridad. Hay que preservar las conquistas, los valores y las virtudes de esta Revolución”.

Fidel y Betto conversaron sobre temas nacionales e internacionales “en un clima afectuoso”, de acuerdo con una nota publicada hoy.
Tomado de Cubadebate

martes, 27 de enero de 2015

Fidel Castro: Para mis compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria


Queridos compañeros:

Desde el año 2006, por cuestiones de salud incompatibles con el tiempo y el esfuerzo necesario para cumplir un deber —que me impuse a mí mismo cuando ingresé en esta Universidad el 4 de septiembre de 1945, hace 70 años—, renuncié a mis cargos.

No era hijo de obrero, ni carente de recursos materiales y sociales para una existencia relativamente cómoda; puedo decir que escapé milagrosamente de la riqueza. Muchos años después, el norteamericano más rico y sin duda muy capaz, con casi 100 mil millones de dólares, declaró ―según publicó una agencia de noticias el pasado jueves 22 de enero—, que el sistema de producción y distribución privilegiada de las riquezas convertiría de generación en generación a los pobres en ricos.

Desde los tiempos de la antigua Grecia, durante casi 3 mil años, los griegos, sin ir más lejos, fueron brillantes en casi todas las actividades: física, matemática, filosofía, arquitectura, arte, ciencia, política, astronomía y otras ramas del conocimiento humano. Grecia, sin embargo, era un territorio de esclavos que realizaban los más duros trabajos en campos y ciudades, mientras una oligarquía se dedicaba a escribir y filosofar. La primera utopía fue escrita precisamente por ellos.

Observen bien las realidades de este conocido, globalizado y muy mal repartido planeta Tierra, donde se conoce cada recurso vital depositado en virtud de factores históricos: algunos con mucho menos de los que necesitan; otros, con tantos que no hayan que hacer con ellos. En medio ahora de grandes amenazas y peligros de guerras reina el caos en la distribución de los recursos financieros y en el reparto de la producción social. La población del mundo ha crecido, entre los años 1800 y 2015, de mil millones a siete mil millones de habitantes. ¿Podrán resolverse de esta forma el incremento de la población en los próximos 100 años y las necesidades de alimento, salud, agua y vivienda que tendrá la población mundial cualquiera que fuesen los avances de la ciencia?


Bien, pero dejando a un lado estos enigmáticos problemas, admira pensar que la Universidad de La Habana, en los días en que yo ingresé a esta querida y prestigiosa institución, hace casi tres cuartos de siglo, era la única que había en Cuba.

Por cierto, compañeros estudiantes y profesores, debemos recordar que no se trata de una, sino que contamos hoy con más de cincuenta centros de Educación Superior repartidos en todo el país.

Cuando me invitaron ustedes a participar en el lanzamiento de la jornada por el 70 aniversario de mi ingreso a la Universidad, lo que supe sorpresivamente, y en días muy atareados por diversos temas en los que tal vez pueda ser todavía relativamente útil, decidí descansar dedicándole algunas horas al recuerdo de aquellos años.

Me abruma descubrir que han pasado 70 años. En realidad, compañeros y compañeras, si matriculara de nuevo a esa edad como algunos me preguntan, le respondería sin vacilar que sería en una carrera científica. Al graduarme, diría como Guayasamín: déjenme una lucecita encendida.

En aquellos años, influido ya por Marx, logré comprender más y mejor el extraño y complejo mundo en que a todos nos ha correspondido vivir. Pude prescindir de las ilusiones burguesas, cuyos tentáculos lograron enredar a muchos estudiantes cuando menos experiencia y más ardor poseían. El tema sería largo e interminable.

Otro genio de la acción revolucionaria, fundador del Partido Comunista, fue Lenin. Por eso no vacilé un segundo cuando en el juicio del Moncada, donde me permitieron asistir, aunque una sola vez, declaré ante jueces y decenas de altos oficiales batistianos que éramos lectores de Lenin.

De Mao Zedong no hablamos porque todavía no había concluido la Revolución Socialista en China, inspirada en idénticos propósitos.

Advierto, sin embargo, que las ideas revolucionarias han de estar siempre en guardia a medida que la humanidad multiplique sus conocimientos.

La naturaleza nos enseña que pueden haber transcurrido decenas de miles de millones de años luz y la vida en cualquiera de sus manifestaciones está siempre sujeta a las más increíbles combinaciones de materia y radiaciones.

El saludo personal de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos se produjo en el funeral de Nelson Mandela, insigne y ejemplar combatiente contra el Apartheid, quien tenía amistad con Obama.

Baste señalar que ya en esa fecha, habían trascurrido varios años desde que las tropas cubanas derrotaran de forma aplastante al ejército racista de Sudáfrica, dirigido por una burguesía rica y con enormes recursos económicos. Es la historia de una contienda que está por escribirse. Sudáfrica, el gobierno con más recursos financieros de ese continente, poseía armas nucleares suministradas por el Estado racista de Israel, en virtud de un acuerdo entre este y el presidente Ronald Reagan, quien lo autorizó a entregar los dispositivos para el uso de tales armas con las cuales golpear a las fuerzas cubanas y angolanas que defendían a la República Popular de Angola contra la ocupación de ese país por los racistas. De ese modo se excluía toda negociación de paz mientras Angola era atacada por las fuerzas del Apartheid con el ejército más entrenado y equipado del continente africano.

En tal situación no había posibilidad alguna de una solución pacífica. Los incesantes esfuerzos por liquidar a la República Popular de Angola para desangrarla sistemáticamente con el poder de aquel bien entrenado y equipado ejército, fue lo que determinó la decisión cubana de asestar un golpe contundente contra los racistas en Cuito Cuanavale, antigua base de la OTAN, que Sudáfrica trataba de ocupar a toda costa.

Aquel prepotente país fue obligado a negociar un acuerdo de paz que puso fin a la ocupación militar de Angola y el fin del Apartheid en África.

El continente africano quedó libre de armas nucleares. Cuba tuvo que enfrentar, por segunda vez, el riesgo de un ataque nuclear.

Las tropas internacionalistas cubanas se retiraron con honor de África. Sobrevino entonces el Periodo Especial en tiempo de paz, que ha durado ya más de 20 años sin levantar bandera blanca, algo que no hicimos ni haremos jamás.

Muchos amigos de Cuba conocen la ejemplar conducta de nuestro pueblo, y a ellos les explico mi posición esencial en breves palabras.

No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales. Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que estamos reclamando para todos.

El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el Partido Comunista de Cuba.

Los graves peligros que amenazan hoy a la humanidad tendrían que ceder paso a normas que fuesen compatibles con la dignidad humana. De tales derechos no está excluido ningún país.

Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento.


Fidel Castro Ruz
Enero 26 de 2015  
12 y 35 p.m.


lunes, 19 de enero de 2015

Tres lágrimas y una historia






Gerardo Hernández en el Concierto de Silvio Rodríguez. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Gerardo Hernández en el Concierto de Silvio Rodríguez. Foto: Ismael Francisco / Cubadebate.

Por Miguel Díaz Nápoles

En el concierto número 62 de Silvio Rodríguez por barrios de Cuba, en el que fueron protagonistas Los Cinco, Gerardo Hernández Nordelo y su amada, Adriana Pérez, dejaron escapar las lágrimas cuando el trovador interpretó El dulce abismo, una bella canción que tanto tiene que ver con ellos, porque es como un himno para su amor.
Durante esa noche, el lente del genial fotorreportero Ismael Francisco captó una emblemática imagen con la lágrima que se aventuró a recorrer la mejilla derecha de Gerardo, y a mí me trajo a la mente una bella anécdota de este hombre extraordinario, que involucraba a otro hombre extraordinario: el fotorreportero de Granma Internacional Ahmed Velázquez, desparecido a los 39 años y en plena madurez profesional, el 29 de diciembre de 2004.
Y me complazco en contar la anécdota que hizo posible la amistad entre Ahmed y Gerardo.
Ahmed y yo estuvimos en África, dando cobertura periodística a la labor de los médicos cubanos en el olvidado continente.
En uno de nuestros intensos días de trabajo, Ahmed pasó casi una hora a la caza de un gesto de una niña, nombrada Elizabeth, que con sus escasos seis o siete años vendía productos agrícolas en el mercado, y estaba molesta y a ratos lloraba. Al final Ahmed logró una foto emblemática, en la que asoma una lágrima en una de sus mejillas.
Elizabeth, la niña africana que Ahmed captó con su magnífico lente. Foto: Ahmed Velázquez.
Elizabeth, la niña africana que Ahmed captó con su magnífico lente. Foto: Ahmed Velázquez.

Y un día, graficando una reunión de África o de la pobreza, no recuerdo bien, Granma Internacional publicó la foto a gran tamaño y en la portada, y cuando Gerardo vio aquella imagen en la cárcel, se asombró y pensó que era de la AP, la EFE o cualquier otra agencia de prensa extranjera, y sufrió una pena muy grande cuando vio el crédito del periodista cubano, y se sintió obligado a ofrecerle disculpas a Ahmed por aquel pensamiento.
Y con esa gran dosis de honestidad de Gerardo Hernández (Ahmed nunca se hubiese enterado de aquel pensamiento), le escribió al fotorreportero y le ofreció sus humildes disculpas por aquella duda, y a partir de entonces nació una amistad muy linda entre ellos.
Poco tiempo después, cuando Ahmed muere, Gerardo envía una caricatura a la esposa del periodista cubano, en la que aparecía una cámara fotográfica con una lágrima como la de la niña africana, y como símbolo de dolor de la fotografía por la muerte del genial fotorreportero.
El sencillo homenaje de Gerardo Hernández Nordelo a Ahmed Velázquez.
El sencillo homenaje de Gerardo Hernández Nordelo
a Ahmed Velázquez.

Yo, que no me canso de contar esta anécdota que retrata un poco a Gerardo, un día se la comenté en una carta que le escribí cuando estaba en prisión y fue uno de los temas de conversación mediante la correspondencia.
Y la traigo ahora, como un regalo a mis usuarios, porque estas tres lágrimas tienen una misma historia: la de hombres superiores en sus actos y que están unidos para siempre por tres imágenes inolvidables y trascendentales.
(Tomado de Desde mi orilla)