- El insoportable calor del verano no impide que el Malecón habanero se llene, cada día y noche, de amantes y profesionales de la pesca…
- María del Carmen Ramón
- Fotos Tony Hernández Mena
Algunos salen a bordo de pequeñas embarcaciones, otros prefieren sentarse en el muro del Malecón, desde donde lanzan su caña de pescar y quedan entonces sumidos en la paciente impaciencia hasta que un pez decide—si es que lo hace—atrapar una carnada que marcará el final de su vida.
Pescar en el Malecón también tiene su ciencia. Los pescadores saben cuáles son los mejores sitios para colocarse, así como los horarios donde más pican los peces. No resulta extraño ver cómo ellos se sitúan, en ocasiones, uno al lado del otro. Esa cercanía parece no molestarles, pues desde ese espacio común comparten alegrías, tristezas, calores, sueños e historias.
Cuando termine la jornada, probablemente no todos regresen con el mismo semblante a sus hogares; pero, quizás esos mismos que tuvieron un “mal día” sean los primeros al regresar al Malecón, pocas horas después. Si algo no les falta es la perseverancia.
Uno de los pasatiempos preferidos de muchos habaneros es pescar en el Malecón.
El Malecón de La Habana sitio preferido para los pescadores habaneros.
En primer plano parte de la captura de dos pescadores en el Malecón de La Habana.
En primer plano carretes de pesca a la espera de la picada de un pez, en el Malecón de La Habana.
Regreso de los pescadores al Malecón de La Habana, después de realizar su pesca alejada de la bahía.
Un pescador limpia una Cubera, pescado en el Malecón de La Habana.
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