Lawrence Wilkerson,
Distinguido Profesor Visitante de Política
Pública y de Gobierno en la Universidad de William y
Mary en Williamsburg, Virginia. Del 2002 al 2005 ocupó
el cargo de Jefe de gabinete de Colin Powell en el
Departamento de Estado. El coronel (r) Wilkerson
sirvió durante 31 años al ejército de los EE.UU desde
1966 a 1998.
5 de Noviembre de
2014
Presidente Barack Obama
The White House
1600 Pennsylvania Avenue NW
Washington,
DC 20500
Estimado Sr. Presidente,
Es
tiempo de corregir una injusticia que está en su poder
enmendar. Esta injusticia habla mayormente sobre el
sistema de justicia estadounidense, el record de Estados
Unidos sobre Derechos Humanos y más importante, la vida
de cinco hombres cuya dedicación a la seguridad de su
propio país frente a ataques terroristas debe ser
admirado y respetado, no castigado. Sin duda Ud.
ha escuchado sobre estos hombres: Gerardo Hernández
Nordelo, Ramón Labaniño Salazar, Antonio Guerrero
Rodríguez, Fernando González Llort y René González
Sehwerert. El mundo los conoce como "Los Cinco
Cubanos".
Dos de estos hombres están hoy fuera de
la cárcel, dos más podrían salir en libertad en un
futuro lejano y uno de ellos nunca podrá ver el amanecer
de un día en libertad. He intentado
visitarlo - sin éxito - en la prisión de máxima
seguridad de Victorville, California, se trata de
Gerardo Hernández.
Aunque no pude
visitarlo, un colega confiable que me acompañó, el
fallecido Saúl Landau, pudo hacerlo y me informó
que Gerardo permanece más firme y determinado que nunca
pero aún sorprendido ante la falta de acción por parte
de la supuesta democracia más grande del
mundo.
Los Cinco cubanos sufrieron una terrible
injusticia cuando fueron arrestados en 1998. Después de
sus arrestos permanecieron 17 meses en confinamiento
solitario. El juicio se llevó a cabo en Maimi, Florida y
en el 2001 fueron sentenciados a largos años de
prisión. Mínimamente a nivel legal, el juicio en
Miami debió haber sido cambiado a otra
sede.
Los argumentos de cambio de sede no solo
eran persuasivos sino que fueron confirmados ampliamente
cuando tres jueces de la Corte de Apelaciones de
Atlanta, votaron a favor de un cambio de sede. Más
tarde, sin embargo, esta decisión fue revertida cuando
el poder político de la administración de Bush - una
administración en la que he servido - obligó al pleno de
la corte a reconsiderar la decisión del panel de
tres jueces y votar diferente, ratificando la sentencia
de dos de ellos y enviando el caso de los otros tres a
la corte para ser re-sentenciados. La corte reconoció
que estaban mal aplicadas las guías de sentencia y
redujo brevemente sus condenas.
Pero hay más,
mucho más. De hecho, en la actualidad existen
indiscutibles pruebas de que los Cinco no eran culpables
de los cargos presentados contra ellos en primer lugar.
La política que rodeó al juicio estaba en manos de la
línea dura de sectores cubano-americanos en la Florida
así como en el Congreso de Estados Unidos. Sin sus
flagrantes interferencias en el curso de la justicia, el
juicio nunca hubiera tenido lugar.
Por
otra parte, el gobierno invirtió miles de dólares de los
contribuyentes para pagarle a periodistas en Miami para
que escribieran artículos condenatorios, para
influenciar al jurado y predisponer a la opinión pública
a un veredicto de culpabilidad.
Este
juicio fue un pago político a los cubanos-americanos
intransigentes, y cada persona en los Estados Unidos y
en todo el mundo que presta atención a este caso lo
sabe. De hecho, usted también lo sabe, señor Presidente.
Este juicio es una mancha en la estructura misma
de la democracia de los Estados Unidos. Este juicio
envía una señal clara a todo el mundo - que nos juzga no
como nosotros nos juzgamos, sino por nuestros
actos.
Usted, señor Presidente, no puede borrar
esta mancha; ha pasado mucho tiempo y muchos años han
sido robados de las vidas de estos hombres. Pero
usted puede mitigarla, puede hacerla menos
dolorosa. Y en última instancia, usted puede
limpiar la reputación de nuestro sistema de justicia, y
en el caso de Gerardo y los otros dos hombres todavía en
prisión, puede concederles su libertad.
El Grupo
de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones
Unidas, en mayo de 2005, declaró que el encarcelamiento
de los Cinco cubanos es una violación del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, poniendo
a Estados Unidos junto a algunos de los países más
atroces en la tierra. El grupo de trabajo pidió
que Estados Unidos tome medidas para remediar la
situación. Usted, señor Presidente, puede
hacerlo.
Señor Presidente, usted dijo que
"tenemos que mirar hacia adelante en vez de mirar hacia
atrás". Pero en ciertos casos, eso es incorrecto y
usted lo sabe. ¿Quiere que no miremos a
nuestra guerra Civil? ¿A los estragos de la
esclavitud que la condujo? ¿A la esclavitud
económica de un siglo que siguió a la guerra? ¿Al
racismo de nuestro pasado - un racismo que aún nos azota
hoy? No lo creo. Y usted no debe negar
la necesidad de mirar hacia atrás, revisar y revertir la
burla de este juicio.
Tome acción, señor
Presidente. Deje en libertad inmediatamente a los
tres restantes miembros encarcelados de los Cinco
cubanos. Admita públicamente la flagrante
injusticia hecha a todos ellos y elabore las
razones. Pida disculpas al pueblo cubano y a
nuestros ciudadanos y, sobre todo, a los Cinco cubanos y
sus familias. Escucha a "los mejores ángeles de
nuestra naturaleza" y ponga a los Estados Unidos
de vuelta del lado de la
justicia.
Respetuosamente,
Lawrence B. Wilkerson
Ejército de los EE.UU
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