jueves, 7 de marzo de 2013
miércoles, 6 de marzo de 2013
En fotos, Chávez, una vida dedicada a la lucha por el pueblo
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, líder indiscutible de la Revolución Bolivariana,
acumuló en su andar un camino que lo llevó desde Sabaneta, en estado
Barinas, a la historia por el profundo cambio que impulsó en el país.
Nacido el 28 de Julio de 1954 en esa localidad de los llanos de Barinas y fallecido este martes en Caracas, fue el segundo de los seis hijos de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, ambos maestros de educación primaria.
Reconocido por una singular personalidad capaz de captar los más diversos sentimientos populares, recibió en su formación la influencia militar y al ingresar en una escuela de ese tipo en 1971.
Tras cuatro años de estudio, se graduó como subteniente y licenciado en Ciencias y Artes Militares e inició una carrera en la entonces Fuerza Armada Nacional, en la que alcanzó, en 1990, el grado de Teniente Coronel.
De manera adicional, este proceso le facilitó el conocimiento de los más recónditos sitios del país y la crítica situación en que sobrevivían millones de venezolanos.
Seguidor del pensamiento y la obra del Libertador, Simón Bolívar, Chávez realizó también estudios de postgrado en Ciencias Políticas, que estructuraron y sistematizaron sus tempranas inquietudes políticas y sociales.
Fueron precisamente esas inquietudes el origen de la fundación en 1982, junto con otros oficiales del cuerpo castrense, del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), en el entorno de una deteriorada situación sociopolítica en el país, que condujo, en 1989, a la explosión popular conocida como El Caracazo.
La Venezuela de los años 80 y 90 del pasado siglo se caracterizó por el agotamiento del modelo neoliberal instruido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y entronizado por gobernantes venales y corruptos, que llenó el país de millones de pobres a pesar de las inmensas riquezas generadas por la explotación petrolera.
Es en ese escenario en el que lidera, el 4 de febrero de 1992, una rebelión cívico-militar contra el presidente de turno, Carlos Andrés Pérez, que terminó en un fracaso, pero con el “por ahora” pronunciado por Chávez al asumir públicamente la responsabilidad por esa acción, se convirtió en el punto de partida de un proceso político que cambiaría al país.
Por esos hechos, Chávez estuvo dos años en prisión, de donde salió fortalecido ideológica y políticamente, y entonces fundó el Movimiento V República.
Tras su liberación, comenzó un peregrinar social y político por todo el país, además de sumar a sus filas a estudiantes,
profesionales, pequeños y medianos empresarios, campesinos, cultores, pescadores, mineros, indígenas, obreros, mujeres, jóvenes, militares, dirigentes locales y a la casi totalidad de la dirigencia de la izquierda venezolana.
Todo ello bajo las banderas del rescate del pensamiento bolivariano y de la convocatoria a una Asamblea Constituyente para refundar el Estado, recuperar la soberanía popular y nacional, así como transformar la estructura de exclusión social de las grandes mayorías.
De esa forma, intervino en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre de 1998, apoyado por los partidos Comunista (PCV), Patria Para Todos (PPT) y otros que mantenían entonces posiciones de izquierda.
En esos comicios, Hugo Chávez fue electo por el 56,2 por ciento de los votos válidos y se convirtió en el 47 presidente de Venezuela, apoyado por el voto popular con el entonces segundo más alto porcentaje alcanzado por un candidato presidencial en cuatro décadas.
Tras la toma de posesión, el 2 de febrero de 1999, los acontecimientos se sucedieron con inusitada rapidez.
Un referendo constituyente, la elaboración de una nueva Carta Magna en sustitución de la de 1961 y su aprobación por el Parlamento el 15 de diciembre, marcaron el primer año de gobierno y crearon las bases de un profundo proceso de reformas políticas, económicas y sociales que continúa en la actualidad.
En virtud de lo establecido por la nueva Constitución Bolivariana, fueron convocadas elecciones generales para el año siguiente, a fin de ratificar a todos los cargos de elección popular, incluyendo la Presidencia, y en esa cita Chávez fue ratificado al obtener el 59,76 por ciento de los sufragios.
Sin embargo, la batalla política era intensa, pues las medidas ejecutadas por el gobierno para afianzar la soberanía y consolidar la independencia, entre ellas la Ley de Hidrocarburos de 2001, dirigida a recuperar los recursos derivados del petróleo, soliviantaron en su contra a los sectores más acomodados del país, que contaron entonces -y ahora- con el respaldo de Estados Unidos.
El efímero golpe de Estado de abril de 2002 y el paro petrolero de finales de 2003 y principios de 2004, fueron los intentos más graves de la oligarquía venezolana, asociada a intereses foráneos, de tratar de librarse de Chávez y de recuperar el control del país, frustrados por la resistencia popular y de la mayor parte de los militares.
Al mismo tiempo, comenzaron a ejecutarse las misiones sociales, entre ellas, Barrio Adentro, para la atención médica gratuita de la población de menos recursos, y Mercal, surgida tras las carencias provocadas por el paro petrolero y dirigida a proveer alimentos a bajos precios a los venezolanos.
Tras superar el referendo revocatorio promovido por la oposición en 2004 y ser reelegido en los comicios presidenciales del 3 de diciembre de 2006, Chávez emprendió el período de gobierno 2007-2012 con un creciente apoyo de la mayor parte de la población, que lo ve como el líder que les sacó de la sempiterna exclusión y les cambió la vida.
Los comicios del 7 de octubre del 2012 llevaron a la reelección del mandatario para un nuevo periodo 2013-2019, con el respaldo del 55,07 por ciento de los electores al acumular ocho millones 191 mil 132 votos, en un proceso donde la participación llegó al 80,4 por ciento.
(Con información de Prensa Latina/RT)
Nacido el 28 de Julio de 1954 en esa localidad de los llanos de Barinas y fallecido este martes en Caracas, fue el segundo de los seis hijos de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, ambos maestros de educación primaria.
Reconocido por una singular personalidad capaz de captar los más diversos sentimientos populares, recibió en su formación la influencia militar y al ingresar en una escuela de ese tipo en 1971.
Tras cuatro años de estudio, se graduó como subteniente y licenciado en Ciencias y Artes Militares e inició una carrera en la entonces Fuerza Armada Nacional, en la que alcanzó, en 1990, el grado de Teniente Coronel.
De manera adicional, este proceso le facilitó el conocimiento de los más recónditos sitios del país y la crítica situación en que sobrevivían millones de venezolanos.
Seguidor del pensamiento y la obra del Libertador, Simón Bolívar, Chávez realizó también estudios de postgrado en Ciencias Políticas, que estructuraron y sistematizaron sus tempranas inquietudes políticas y sociales.
Fueron precisamente esas inquietudes el origen de la fundación en 1982, junto con otros oficiales del cuerpo castrense, del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), en el entorno de una deteriorada situación sociopolítica en el país, que condujo, en 1989, a la explosión popular conocida como El Caracazo.
La Venezuela de los años 80 y 90 del pasado siglo se caracterizó por el agotamiento del modelo neoliberal instruido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y entronizado por gobernantes venales y corruptos, que llenó el país de millones de pobres a pesar de las inmensas riquezas generadas por la explotación petrolera.
Es en ese escenario en el que lidera, el 4 de febrero de 1992, una rebelión cívico-militar contra el presidente de turno, Carlos Andrés Pérez, que terminó en un fracaso, pero con el “por ahora” pronunciado por Chávez al asumir públicamente la responsabilidad por esa acción, se convirtió en el punto de partida de un proceso político que cambiaría al país.
Por esos hechos, Chávez estuvo dos años en prisión, de donde salió fortalecido ideológica y políticamente, y entonces fundó el Movimiento V República.
Tras su liberación, comenzó un peregrinar social y político por todo el país, además de sumar a sus filas a estudiantes,
profesionales, pequeños y medianos empresarios, campesinos, cultores, pescadores, mineros, indígenas, obreros, mujeres, jóvenes, militares, dirigentes locales y a la casi totalidad de la dirigencia de la izquierda venezolana.
Todo ello bajo las banderas del rescate del pensamiento bolivariano y de la convocatoria a una Asamblea Constituyente para refundar el Estado, recuperar la soberanía popular y nacional, así como transformar la estructura de exclusión social de las grandes mayorías.
De esa forma, intervino en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre de 1998, apoyado por los partidos Comunista (PCV), Patria Para Todos (PPT) y otros que mantenían entonces posiciones de izquierda.
En esos comicios, Hugo Chávez fue electo por el 56,2 por ciento de los votos válidos y se convirtió en el 47 presidente de Venezuela, apoyado por el voto popular con el entonces segundo más alto porcentaje alcanzado por un candidato presidencial en cuatro décadas.
Tras la toma de posesión, el 2 de febrero de 1999, los acontecimientos se sucedieron con inusitada rapidez.
Un referendo constituyente, la elaboración de una nueva Carta Magna en sustitución de la de 1961 y su aprobación por el Parlamento el 15 de diciembre, marcaron el primer año de gobierno y crearon las bases de un profundo proceso de reformas políticas, económicas y sociales que continúa en la actualidad.
En virtud de lo establecido por la nueva Constitución Bolivariana, fueron convocadas elecciones generales para el año siguiente, a fin de ratificar a todos los cargos de elección popular, incluyendo la Presidencia, y en esa cita Chávez fue ratificado al obtener el 59,76 por ciento de los sufragios.
Sin embargo, la batalla política era intensa, pues las medidas ejecutadas por el gobierno para afianzar la soberanía y consolidar la independencia, entre ellas la Ley de Hidrocarburos de 2001, dirigida a recuperar los recursos derivados del petróleo, soliviantaron en su contra a los sectores más acomodados del país, que contaron entonces -y ahora- con el respaldo de Estados Unidos.
El efímero golpe de Estado de abril de 2002 y el paro petrolero de finales de 2003 y principios de 2004, fueron los intentos más graves de la oligarquía venezolana, asociada a intereses foráneos, de tratar de librarse de Chávez y de recuperar el control del país, frustrados por la resistencia popular y de la mayor parte de los militares.
Al mismo tiempo, comenzaron a ejecutarse las misiones sociales, entre ellas, Barrio Adentro, para la atención médica gratuita de la población de menos recursos, y Mercal, surgida tras las carencias provocadas por el paro petrolero y dirigida a proveer alimentos a bajos precios a los venezolanos.
Tras superar el referendo revocatorio promovido por la oposición en 2004 y ser reelegido en los comicios presidenciales del 3 de diciembre de 2006, Chávez emprendió el período de gobierno 2007-2012 con un creciente apoyo de la mayor parte de la población, que lo ve como el líder que les sacó de la sempiterna exclusión y les cambió la vida.
Los comicios del 7 de octubre del 2012 llevaron a la reelección del mandatario para un nuevo periodo 2013-2019, con el respaldo del 55,07 por ciento de los electores al acumular ocho millones 191 mil 132 votos, en un proceso donde la participación llegó al 80,4 por ciento.
(Con información de Prensa Latina/RT)
lunes, 22 de octubre de 2012
Fidel Castro está agonizando
Fidel Castro Foto: Alex Castro
Bastó un mensaje a los graduados del primer curso del Instituto de Ciencias Médicas “Victoria de Girón”, para que el gallinero de propaganda imperialista se alborotara y las agencias informativas se lanzaran voraces tras la mentira. No solo eso, sino que en sus despachos cablegráficos le añadieron al paciente las más insólitas estupideces.
El periódico ABC de España, publicó que un médico venezolano que radica no se sabe donde, reveló que Castro había sufrido una embolia masiva en la arteria cerebral derecha, “puedo decir que no vamos a volverlo a ver públicamente”. El presunto médico, que si lo es abandonaría primero a sus propios compatriotas, calificó el estado de salud de Castro como “muy cercano al estado neurovegetal”.
Aunque muchas personas en el mundo son engañadas por los órganos de información, casi todos en manos de los privilegiados y ricos, que publican estas estupideces, los pueblos creen cada vez menos en ellas. A nadie le gusta que lo engañen; hasta el más incorregible mentiroso, espera que le digan la verdad. Todo el mundo creyó, en abril de 1961, las noticias publicadas por las agencias cablegráficas acerca de que los invasores mercenarios de Girón o Bahía de Cochinos, como se le quiera llamar, estaban llegando a La Habana, cuando en realidad algunos de ellos trataban infructuosamente de llegar en botes a las naves de guerra yankis que los escoltaban.
Los pueblos aprenden y la resistencia crece frente a las crisis del capitalismo que se repiten cada vez con mayor frecuencia; ninguna mentira, represión o nuevas armas, podrán impedir el derrumbe de un sistema de producción crecientemente desigual e injusto.
Hace pocos días, muy próximo al 50 aniversario de la “Crisis de Octubre”, las agencias señalaron a tres culpables: Kennedy, recién llegado a la jefatura del imperio, Jruschov y Castro. Cuba nada tuvo que ver con el arma nuclear, ni con la matanza innecesaria de Hiroshima y Nagasaki perpetrada por el presidente de Estados Unidos Harry S. Truman, estableciendo la tiranía de las armas nucleares. Cuba defendía su derecho a la independencia y a la justicia social.
Cuando aceptamos la ayuda soviética en armas, petróleo, alimentos y otros recursos, fue para defendernos de los planes yankis de invadir nuestra Patria, sometida a una sucia y sangrienta guerra que ese país capitalista nos impuso desde los primeros meses, y costó miles de vidas y mutilados cubanos.
Cuando Jruschov nos propuso instalar proyectiles de alcance medio similares a los que Estados Unidos tenía en Turquía —más cerca todavía de la URSS que Cuba de Estados Unidos—, como una necesidad solidaria, Cuba no vaciló en acceder a tal riesgo. Nuestra conducta fue éticamente intachable. Nunca pediremos excusa a nadie por lo que hicimos. Lo cierto es que ha transcurrido medio siglo, y aun estamos aquí con la frente en alto.
Me gusta escribir y escribo; me gusta estudiar y estudio. Hay muchas tareas en el área de los conocimientos. Nunca las ciencias, por ejemplo, avanzaron a tan asombrosa velocidad.
Dejé de publicar Reflexiones porque ciertamente no es mi papel ocupar las páginas de nuestra prensa, consagrada a otras tareas que requiere el país.
¡Aves de mal agüero! No recuerdo siquiera qué es un dolor de cabeza. Como constancia de cuan mentirosos son, les obsequio las fotos que acompañan este artículo.
Fidel Castro Ruz
Octubre 21 de 2012
10 y 12 a.m.
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
Fidel Castro. Foto: Alex Castro
(Tomado de Cubadebate)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)